Paramales (Esmerarte, 2015)
Xoel López
Da la impresión de que, para Xoel López, el tiempo en el que existía la posibilidad de acomodarse y dejarse llevar por la inercia ha quedado lejano, enterrado. Porque Paramales puede convencer o no, pero sin duda se muestra libre, valiente, sin las presiones que aquejaban al músico en otros momentos. Sin lograr ni mucho menos un resultado marciano o demasiado distinto a lo habitual, cabe dar importancia a la producción, ahora en manos de Ángel Luján. Nuevo par de orejas con las que poner a prueba sus canciones y ponerse a prueba a sí mismo, siguiendo un camino ya abierto pero experimentando distintas sonoridades. Es de locos, pero analizado fríamente el mayor problema que puede llegar a tener este Paramales no es otro que Atlántico, su anterior disco y el primero bajo su propio nombre tras un intenso descanso y lavado de alma. En tiempos de streaming y exceso de información se dobla la dificultad para ensalzar un disco por encima de los demás, y es enorme la temeridad de catalogar nuevos "clásicos" demasiado pronto, pero aquel álbum de ruptura y reinicio contenía la suficiente pegada para convertirse en un Pequeño o en un nuevo Honestidad Brutal del rock latino. Por su empaque y coherencia, pero también por el exorcismo personal que contenía.
Lo sea o no, y sea alargada o no su sombra, el tiempo lo dirá y no es de todos modos lo más importante. Llegaba la hora de presentar el siguiente capítulo de esta etapa y Xoel nos ofrecía 13 nuevas canciones, una de ellas firmada por Lola García, con un resultado a primera vista mucho más heterogéneo. Con todo lo bueno o lo malo que eso pueda significar. Suele el gallego asegurar en las entrevistas su hábito de quedarse con un poco de toda la música que ha pasado por sus manos, y quizá sea este nuevo álbum la mejor de las pruebas pues no parece tratarse de un regreso a las formas más anglosajonas de enfocar una canción ni una entrega sin condición a los sonidos del otro lado del charco. Están los rastros de Deluxe (Almas del norte) y los temas más arriesgados (A Serea e o Mariñeiro, ¡apasionante juego de percusión afro galaico!), pero siempre su identidad por delante.
Los textos también guardan diferencias entre sí, aunque predomina el optimismo. Con momentos aislados para el rencor, doloroso pero acertado single Todo lo que merezcas, el disco desprende un entusiasmo sano, recuperando el concepto "nowhere man" en canciones como Ningún nombre, ningún lugar; ofreciendo emocionantes imágenes en Patagonia o encontrando la sencillez en Yo solo quería que me llevaras a bailar, importante punto diferenciador en el disco en cuanto a estructura y juego de voces, muy presentes a lo largo del disco y en los que Xoel demuestra plena confianza en Lola García, al frente de muchos y muy diversos coros. Paramales es un disco para disfrutar e ir descubriendo lentamente, así como un verdadero reto para trasladarlo al directo con total fidelidad. Todo indica que seguimos disfrutando de la plenitud de un músico con gran recorrido a sus espaldas y, lo más importante, ilusión por lo que queda por hacer.
Texto de Bruno Corrales
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