Tulsa, y por supuesto la figura de Miren Iza, es uno de los platos fuertes de la cuarta edición de La Granja Festival, que tendrá lugar este sábado 7 de junio en el Auditorio Municipal de Daimiel. Un concierto que supone además el regreso a los escenarios de una banda que realmente nunca se fue, pero a la que perdimos la pista durante un tiempo debido al traslado temporal de Miren a Estados Unidos por compromisos laborales: “Yo nunca he dejado de hacer cosas, pero digamos que sacar un disco te pone en el mapa. He estado un poco como en un limbo mucho tiempo. Activa, pero no en la estructura habitual de la música”. Ya en España desde hace meses, y a punto de lanzar nuevo disco, la compositora vasca recuerda su estancia al otro lado del Atlántico desde un punto de vista musical.“Allí lo que he hecho ha sido tocar cuando me ha picado. Porque es muy fácil tocar, es lo bueno que tiene. Tú te presentas, mandas tu música y te dejan tocar en cualquier sitio. No te pagan, te pagan las propinas, pero eso lo hace todo mucho más ágil. Es cierto que podía haber hecho más a nivel de infiltrarme con los músicos de allí, que habría sido interesante, pero no lo hice. Creo que eso requiere más tiempo, el hecho de entrar en una escena”.
La intermitencia de la carrera de Tulsa de un tiempo a esta parte y la identificación del proyecto como algo personal nos lleva a preguntarnos por el papel del resto de la banda, ahora además que esperamos nuevas canciones. “Siempre me parece bonito que la gente con la que trabajo aporte. Y si voy cambiando, con más motivo. Me gusta que eso se note, y en este disco que va a salir se va a notar mucho más”. El equipo de trabajo se ha reducido en esta ocasión a tres personas: Miren Iza, Charly Bautista y Javi Vicente, de Big City, clave en el giro musical de Tulsa. “Hemos grabado en su casa y es el que más labores de producción ha hecho. Sin él habría sido otro disco muy diferente”.
Para este nuevo trabajo, cuyo lanzamiento se plantea para el mes de septiembre, la calma y la total ausencia de presión han reinado, llevando a un concepto diferente de gestación de los temas: “Empezamos a trabajar hace un año. Ha sido en ratos libres sobre todo, muy dilatado en el tiempo... El disco ha ido construyéndose a la vez que se grababa y eso me ha gustado mucho”. Un nuevo álbum con el que Tulsa se abre a nuevos caminos y sonoridades. “El cambio es evidente porque no parte de la formación clásica. No hay bajo siempre, y nunca hay batería, aunque no es nada sencillo. Sí tenía la idea de hacer un disco más ligero pero en cuanto a la percepción general, no sencillo en cuanto a elementos. Es un disco leve, más sensorial, de emociones. Pero de emociones sónicas. Digamos que le he quitado más importancia o tiempo a la escritura y esta vez ha sido más labor de arreglos y texturas”. En cuanto al directo, y debido a lo complicado de cuadrar agendas, le acompañarán sobre el escenario dos músicos como Martí Perarnau (Mucho) y Javi Carrasco (Betacam, Templeton). “Iremos los tres de momento, con la idea futura de ir incorporando gente si la cosa va bien”.
Volviendo la vista atrás, y en la piel de la Miren Iza que comenzaba a probar en esto de la música, ¿hubiera esperado de algún modo su trayectoria posterior? “Quizás no me imaginaba que fuera a seguir tocando. No pensaba que iba a tener continuidad porque como lo hacía desde un punto tan de diversión creía que se acabaría y que quedaría como un momento gracioso en nuestras vidas. Pero ahora sí creo que seguiré (risas)”. Dos características han marcado fuertemente su carrera y valor como banda. Por un lado, la intensidad emocional de sus canciones, cuya recurrencia o adicción pone en duda: “Apelar a la emoción puede ser una debilidad, no lo sé. Yo tiendo a eso porque hasta que no cavo el agujero hondo no siento la chispa. Pero igual es malo, y yo creo que hay gente que lo recibe así en las letras que he hecho”. Finalmente, es inevitable no hablar de su peculiar voz y forma de cantar: “Esa es otra de las cosas que más me han dado que pensar. A mí no me gusta, hasta mi madre me dijo que mi voz era muy aburrida, como que era muy plana”. Uno de esos puntos clave que, aunque susceptible como cualquier otro de ser trabajado, supone gran parte de su personalidad y diferenciación frente al resto. “Yo me alegro de que digas eso, pero también entiendo a mi madre (risas)”.
Texto de Bruno Corrales
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