Lorena Álvarez y su Banda Municipal en Cats (07.03.13)
El cierre de la sala Caracol el pasado miércoles nos dejó a todos bastante sorprendidos. Dicen que es temporal, pero también dicen muchas otras cosas, relacionadas con cartas, tijeras, y prohibiciones de todo. Yo qué sé. La cuestión es que algunos conciertos que estaban allí programados, se han pasado a la Sala Cats. Y fui allí donde vimos a Lorena Álvarez y su Banda Municipal. Y realmente, da igual el sitio donde la veas, a ella, o al resto de la banda. Porque es como escucharla en medio de un prado, o en el salón de tu casa. Tienen la capacidad tan increíble de acercarte a ti, con su sonrisa, su buen humor en todo momento, y sus continuas bromas, que sea en cualquier sala, yo creo que va a estar bien.
Lorena Álvarez, acompañada de castañuelas, bombo Palo Alto, y tambor, y otros mil instrumentos que sacaban para cada canción, nos trajeron este jueves, la alegría de las canciones folklóricas y las costumbres musicales más arraigadas. Con ropa super colorida, y una sonrisa gigante, Lorena hablaba continuamente con el público, en una sala que se quedaba extrañamente grande, en un escenario inmensamente profundo. Bromeó con cada cosa que ocurría, y nos sacó carcajadas de las de verdad en más de una ocasión. Superexpresiva, y espontánea, llevo adelante un concierto caracterizado por su propia calidez y el cariño del público, y las buenas vibraciones que hubo desde el principio de la noche. Escuchamos su Anónimo, editado el año pasado, repleta de letras sencillas, directas, y que cuentan historias cotidianas envueltas en un halo mítico muy curioso.
Lo que empezó siendo una broma, acabó significando uno de los momentos más bizarros cuando entre risas ellos se bajaron del escenario, y el público se subió ahí arriba, y cantaron el coro sha la la de su Mejor acompañado. Lorena y su banda tocaron desde el suelo, mirando hacia el público, y como siempre, riendo.
Terminaron, y quisimos más del folklore tranquilo de la banda. Así que volvieron a tocar Novias, y La boda, seguramente las más coreadas del disco.
No pudimos estar mejor acompañados.
Texto y fotografía de Paula Fernández
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