Napoleón Solo
La primera sensación que ofrece Napoleón Solo es una total falta de reparos, posiblemente el remedio más eficaz contra el aburrimiento. Un constante "¿por qué no?" define su propuesta, a veces convencional pero habitualmente divertida y estimulante. ¿Qué decir de aquella presentación en 2009 con un tema como Lolailo Carmona? Con la misma actitud desacomplejada, la banda granadina afronta la siempre complicada búsqueda de la confirmación en el colmado panorama del pop español. Chica Disco es el segundo escalón en su carrera, un disco repleto de matices, de subidas y bajadas, como marcado por etapas, que curiosamente parece empezar por el final, con historias de desamor y desengaño a modo de introducción en Adiós o el poderoso single Antes de que ocurriera, en la línea eficaz y contundente de los mejores Niños Mutantes. De esta forma, el grupo, que ya no cuenta entre sus filas con Eric Jiménez (Los Planetas), avanza con decisión gracias al talentoso Alonso Díaz Carmona, cerebro de la banda, tendente a la ambigüedad tanto en sus letras como por su particular forma de cantar.
Una de las mayores apuestas del heterogéneo sello El Volcán, Napoleón Solo tantea con inteligencia sus posibilidades en América. No es casualidad que a la producción encontremos esta vez a Emmanuel del Real, teclista de los mejicanos Café Tacvba. Un disco en el que, sin duda alguna, cabe destacar su última fase, con temas tan refrescantes como Ramira -de original letra, algo muy de agradecer- o Sentido y Orden, además del buen punto y final que suponen Dama de cara blanca e Historias, dos temas en los que sacan a relucir su formación clásica, contando con un acertado trío de cuerda para la despedida. Con Chica disco, Napoleón Solo da un paso hacia adelante en su universo particular. Con personalidad, eso tan difícil de encontrar.
Texto de Bruno Corrales
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