Última Experiencia
Un buen remedio contra la relajación, un revulsivo ante la posibilidad de haberse dejado llevar de un tiempo a esta parte por un panorama aparentemente aburrido y sin alicientes. Los iniciados musicalmente por las grandes bandas de rock en español que comenzaban su andadura durante la década de los '80 sabrán apreciar discos como éste, en el que el buen gusto no está reñido con la contundencia y el poder del rock más clásico. Sabe muy bien por lo tanto dar con trabajos como La casa de la bruja, que nos devuelven lo que, nos diéramos cuenta o no, estábamos echando de menos. Última Experiencia publicaban el pasado 30 de enero lo que supone su verdadera carta de presentación tras dos EPs con los que ya lograrían una gran acogida. Una breve trayectoria la del trío madrileño que se ha caracterizado por la coherencia, dando los pasos necesarios en cada momento.
La banda tiene su origen en The Last Experience, combo de versiones de clásicos como Jimi Hendrix o The Who. A la larga ha resultado clave esa fase, pues ya como Última Experiencia han conseguido trasladar con acierto la herencia de la época dorada del rock a un repertorio propio en castellano, evitando una peligrosa precocidad a cambio de presentarse con la lección bien aprendida. Miguel Ángel Ariza (guitarra y voz), Carlos Lahoz (batería) y José Alberto Solís (bajo) entran además a formar parte de ese club de formaciones en trío acostumbradas al más difícil todavía, funcionando perfectamente sin la necesidad de más efectivos. Un hecho por el que su música no se ve exenta de matices, pues incluso puede decirse que, en su caso, la voz funciona realmente como un instrumento más.
La casa de la bruja es además un disco equilibrado, organizado de forma inteligente. Promete desde un principio gracias al sosiego y a la posterior contundencia de la canción que abre y da título al disco, alternando a continuación potentes temas como Ladyzabella, La espiral o La sensación con medios tiempos como He muerto hoy o Janet the Planet. Eso sí, medios tiempos engañosos, pues en ningún momento pierden la peculiar garra que se mantiene durante todo el álbum y que parece convertirse en sello personal de la formación. Por otro lado, es necesario destacar la lograda balada rock que es Lo sentido o el agradable final que la banda ofrece con la optimista La rueda gira, dos grandes momentos de este disco.
Un álbum -el producido, grabado y mezclado por el efectivo y omnipresente Juan de Díos Martín en Casadiós- que es la apuesta de una banda no solo decidida a asomar la cabeza definitivamente, sino también a ganarse un lugar en el panorama musical español, convencida de aportar algo valioso y diferente. Un gran debut para un grupo que esperemos no pierda la intensidad y el toque en un futuro.
Texto de Bruno Corrales
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