Los Deltonos + Dixie Town en Caracol (14.12.11)
Poco a poco, la noche fue cogiendo tono y a las diez y media el telón de la sala Caracol volvía a abrirse. En el escenario, un Iñaki García ya en posición daba paso con su batería al resto de la banda, que arrancaba con Repartiendo, la historia ficticia del matón Andrés Muñiz, demoledor tema con el que abrían su anterior disco, Buenos tiempos. Un gran comienzo que auguraba otro buen concierto de los cántabros. Y es que Los Deltonos se han ganado a pulso el convertirse en toda una referencia del rock español, un ejemplo no solo de técnica y talento sino también de coherencia y evolución, pues como ellos mismos dicen han recorrido los distintos caminos del rock, destacando en un primer momento como valedores de un primigenio rhythm & blues y haciendo suyo en estos últimos años el género conocido como americana, una amalgama de country, folk y rock. Tras diversos baches y cambios de formación durante los años noventa, con el nuevo siglo se reconvertían en un cuarteto que ahora se encuentra totalmente consolidado. Desde ese momento, Hendrik Röver, guitarrista y compositor de la banda, no ha dejado de contar a su lado con Fernando Macaya a la guitarra, Pablo Zeta al bajo e Iñaki García a la batería.
La excesiva cercanía de la publicación de su último álbum hizo que este no fuera un concierto de presentación al uso. La banda decidiría seguir apoyándose en gran medida en su no tan lejano anterior disco, el ya citado Buenos tiempos, interpretando temas como Brindemos, 30 días, Revolución o Discoteque Breakdown, todo un himno por su temática para los más puristas del rock. Aún así, fue sin duda una buena primera toma de contacto con las nuevas canciones, destacando la vertiginosa El espíritu de la montaña, la funky El sector de los milagros o A qué vino volver, medio tiempo que Röver interpretaría sentado, a cargo de la steel guitar.
El espectáculo estaba servido, más si cabe con canciones clave en sus directos como Horizonte eléctrico o Elvis. Algo olvidadizo con las letras y verdaderamente impresionante a la guitarra, Hendrik Röver convencía de nuevo sin aparente esfuerzo, respaldado por una banda de primera división. Se acercaba el final de la noche y fue entonces cuando más alegrías se llevarían los nostálgicos, con viejas canciones como Nadie me conoce, Todavía no sabes mi nombre, Escucha o No, señor, pertenecientes estas dos últimas ya al segundo bis, tras las cuales se despidirian definitivamente. Los Deltonos, a pesar de haber alcanzado el cuarto de siglo como banda, no son amigos de homenajes, aniversarios ni reuniones y sí de mirar hacia adelante. Por suerte para nosotros, no están de vuelta de nada y dificilmente lo estarán alguna vez.
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