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Hendrik Röver: "No me imagino retirándome de los escenarios"

Martes a media tarde, Hendrik Röver aparece por la madrileña calle Caballero de Gracia a la hora acordada. Son días de promoción en la capital aprovechando que el pasado jueves presentaba su nuevo álbum en La Boite en una gira que se extenderá por todo el país durante los próximos meses. Hendrik Röver, líder de Los Deltonos desde su creación en 1986, decidía iniciar una carrera en solitario cuando de su vena más country, folk y acústica nacían varias canciones que por su natureza no eran adaptables a la banda. Corría el año 2008 cuando todo ello tomaba forma con Esqueletos, una tremenda colección de canciones sostenidas con lo mínimo. Ahora, dos años después, vuelve con No temáis por mí, un nuevo disco con, como él mismo señala, "12 historias cortas" que no hacen más que sumar a una trayectoria llena de canciones, tablas y pasión por el rock en todas sus vertientes. Todo un honor poder charlar con una referencia ineludible del rock en castellano.


¿Cómo estás planteando esta gira en solitario?
Esta gira la afronto como cantautor. Yo solo con mis canciones y mi guitarra. Además, las canciones nacieron así, con lo cual así tienen que poder defenderse. Es un poco el punto de partida. En algunas ciudades, cuando me cuadre, lo mismo algún amigo se sube a tocar, pero en general voy yo solo.

En cuanto a tu nuevo disco, No temáis por mí, presentas las canciones en la portada del libreto como “12 historias cortas”. ¿Es tu disco más literario?

Digamos que al final se ha desarrollado así. Yo no suelo hacer canciones pensando en lo que estoy haciendo. Una vez que tuve el grupo de canciones me di cuenta incluso de que las podías poner en cierto orden si querías, como la crónica de una vida. Luego me gustaba más otro orden distinto y no las coloqué así, pero sí que son 12 canciones de personajes, de personajes independientes, y en realidad es casi como si fueran 12 cortos.

La mayor parte de los versos, de las frases, son en primera persona. Dices que son personajes pero, ¿hasta qué punto tienen que ver contigo?

Cada personaje cuenta su propia historia. Desde luego espero que se note que soy poco autobiográfico porque, si no, tendría una vida bastante miserable (risas).

Últimamente en tus letras se observa un mensaje a favor de la naturaleza, incluso propenso al aislamiento y la autosuficiencia. ¿Viene de alguna necesidad tuya de escapar?

Realmente, yo ya vivo en el campo. Tampoco soy tan ultra como el tipo de Ahora venís pero sí que me gusta el verde. Me parece que habría que vivir un poco más en armonía con la naturaleza. Si tengo que elegir, prefiero el pueblo antes que la ciudad.

En la contraportada del libreto que acompaña al disco señalas que las canciones “pueden contener trazas” de varios escritores y músicos a los que tú sigues. ¿Es una forma de protegerse o un homenaje a tus influencias?

No, qué va, a mi me encanta que me den pistas para descubrir nuevas cosas, nuevos autores o discos. Por mi parte es más un intento de dejar ahí esas pistas para la gente sobre cosas que a mi me gusta mucho leer o que disfruto mucho escuchando, porque luego me encanta cuando alguien me dice “leí ese libro y me moló un montón”, eso para mi es muy reconfortante. Es más eso que intentar cubrirme. Siendo un poco malvado, al contrario que otros incluso reputados artistas patrios, a mi no me importa revelar mis fuentes.

¿Podrías reconocer en ti a estas alturas alguna influencia de la cultura española? O te vienen todas del exterior

Te parecerá poco el que haga todas las letras en castellano. Simplemente eso yo creo que ya es la mayor influencia de todas. Vale que en lo musical son las distintas ramas del árbol norteamericano pero yo pongo siempre mucho cuidado e interés en deslocalizar geograficamente mis canciones. Todas las historias que pasan en este disco pueden pasar en cualquier parte, y también aquí. Todo es mirar alrededor y ver que en este país también tenemos montañas, desiertos, gente que lo pasa bien y que lo pasa mal. Tenemos minas y cabañas, tenemos de todo. No hace falta irse tan lejos para descubrir las cosas que hay en las canciones. No hace falta cruzar el Atlántico. En cuanto al castellano. Si hace unos años estaba convencido, ahora más si cabe. En general, siempre he hecho letras para que se entiendan, para que la gente pueda llevarse algo a casa. Pero en este caso estás contando historias y si la gente no las entiende no tienen ningún sentido. Por eso, nunca entenderé (Salvo por el miedo a los cinco años de ridículo que supone el hacer letras en castellano, porque todo el mundo te entiende) a los grupos que para dar vueltas por España cantan en inglés. Me parece una estupidez. Y por mucho que me digan: “es que el inglés es el idioma del rock”, pues no, el idioma del rock es el idioma que tú hablas. Si eres croata, el idioma del rock es el croata, y si eres neozelandés será el inglés. El problema de fondo es que es veinte veces más fácil hacer una canción en inglés que en castellano.

¿Por la facilidad para usar el idioma?

Claro, el inglés es mucho más sencillo. El español tiene palabras muy largas, incrustar eso rítmicamente es muy difícil. Yo mismo, si ahora encontrase mis primeras letras se me caería la cara de vergüenza e incluso los primeros discos de Los Deltonos pues... hombre, son letras funcionales pero desde luego no son letras que yo intentaría repetir ahora.

¿Retomas tu carrera en solitario en los parones de Los Deltonos o, poco a poco, está ganando prioridad?

No, qué va. En realidad, si mañana tuviesen que tocar Los Deltonos, tocarían. Son dos engranajes de la misma máquina. Funcionamos en absoluta igualdad de condiciones. Lo único que a nivel de lanzamiento discográfico he llegado a una especie de cómodo acuerdo conmigo mismo por el cual los voy alternando. Saqué Esqueletos, luego con Los Deltonos Buenos tiempos y ahora me tocaba a mí. Hice este y digamos que estoy empezando a maquinar el siguiente de Los Deltonos.

No temáis por mí viene acompañado de un disco extra que grabaste junto a la West Bluegrass Band. Lo grabastéis de una forma natural, antigua, todos juntos en el estudio, ¿crees que la tecnología ha terminado convirtiéndose en una enemiga de la música que te gusta hacer?

Lo que me quedó de esas sesiones es que grabamos el disco con cinco ensayos y, no sé, debimos estar grabando en total tres horas. Cuatro tomas de cada canción y ya estaba ventilado el asunto. Por otra parte, una buena parte de los discos que me gustan están grabados en directo. Antes, cuando tocabas mal o algo te salía mal, no se editaba. Volviendo a ser un poco malo, si hubiese una mayor obligatoriedad de grabar en directo, el panorama se despejaría bastante.

Quieres decir que no se podrían cubrir esos fallos...

Claro, si a la gente no le arreglasen la mitad de las cosas en el estudio habría mucha morralla que no saldría al mercado, de eso estoy absolutamente convencido

Si no me equivoco, participaste dos veces en el RPM Challenge (Desafío creativo internacional, sin premios ni ganadores, que cada mes de febrero invita a los músicos a crear un disco de 10 canciones o 35 minutos)

Llevo ya tres años. Me parece de los mejores inventos de la historia de la humanidad.

¿A un músico de tu experiencia qué le aporta un reto así?

El que te pones las pilas durante un mes al año y haces el curro de ocho meses. No olvidemos que es un reto personal, que no tiene ningún premio más que, si lo cumples, luego tienes 10 o 12 canciones de reserva. Por ejemplo, ahora tengo de reserva todas las canciones menos una, Tornados, que es del RPM de este año y entró en el disco. Este año lo llevaba muy mal y no me veía con capacidad de acabarlo. Me estuvo chinchando mi bajista, Pablo Z, y dije “pues te vas a enterar” y me saqué de no sé donde en dos días cuatro canciones. Me gusta mucho porque te pone las pilas.

Como apasionado de la música, siempre dentro del rock has tocado muchos estilos diferentes, ¿crees que aún te queda curiosidad para que, en el futuro, puedas dar una nueva vuelta de tuerca?

La verdad es que ahora mismo estoy comodísimo tocando lo que toco y con cómo lo toco, tanto con Los Deltonos, que se han convertido ya en un grupo de rock al que no le puedes poner apellidos, como con todas la variedades acústicas, que las cubro con esto. Son treinta años ya de escuchar música y de absorver cosas. Ahora mismo estoy investigando a los maestros del flatpicking, que es lo de tocar la acústica solo con púa. El mítico Doc Watson, Norman Blake, Tony Rice... Me quedan muchísimas cosas para aprender y no tengo ningún temor a que se me seque la curiosidad. Igual que a nivel musical, donde últimamente estoy investigando las raíces del bluegrass, que aunque pueda parecer lo contrario es un género que solo existe desde finales de los años 40. Realmente tiene setenta años de historia, y se llama así desde que a Bill Monroe se le ocurrió estandarizar la forma de afrontar sus temas. No sé, y hay tanto country y tantos grupos en los 40, 50... hay tanto por investigar.

Los Deltonos son una banda de largo recorrido, todo un ejemplo. ¿Notas que sois una referencia?

Si, quizás. De todas formas ya sabes que lo de ser grupo de culto no da de comer. Si, está bien, realmente no me puedo quejar, tenemos nuestro público. En los últimos años hemos ganado público nuevo, que es una cosa que siempre alegra ver, que no solo los fans de toda la vida que envejecen contigo. Realmente, como grupo honesto creo que sí se nos puede tomar como referencia.

Has demostrado que para vivir de la música no hace falta vivir en una ciudad grande como Madrid o Barcelona.

Sobre todo al principio me preguntaban mucho: “¿por qué no te vas a Madrid, donde está todo el meollo?”. Ya, pero allí no hay playa ni hay montaña. Me parece más importante estar viviendo a gusto que todo ese rollo. Aparte, las grandes ciudades nunca me han gustado. Y eso era cuando no había internet y uno tardaba seis horas por la Nacional I de dos carriles adelantando camiones para bajar a Madrid.


Precisamente, tú has vivido la época de internet pero también la anterior, ¿crees que internet es ahora mismo un mal necesario o realmente aporta cosas que antes no podíais tener?

Antes, cuando un amigo te grababa una cinta era una cosa con mucho más cariño, mucho más personal. Ahora se ha convertido todo en un mundo más impersonal y para la gente que no respeta el hecho cultural como tal ha sido la gran alegría. Internet está bien, pero no es la respuesta a todas las preguntas ni es el cuerno de la abundancia ni el santo grial. Hay que saber usarlo y a mi el tema de las descargas me parece un robo. Digamos que yo pierdo el derecho a decidir sobre mi propia obra. Si yo tengo un día guay y quiero regalar todas mis canciones, ya lo haré yo, pero nadie tiene el derecho a hacerlo por mí. Eso es lo que más me irrita del asunto de internet, esa falta de respeto hacia lo que el autor puede querer hacer con sus canciones o con su vida. Todo viene de la falta de respeto que se tiene a una canción por la sobreabundancia de oferta. Para la mayoría de la gente, una canción no es más que tres megas en mp3, pero puede haber toda una vida detrás de una canción. Que eso de repente se convierta en una nadería no es justo. También la gente se olvida de que, por supuesto está el músico, el compositor, pero hay mucha más gente que trabaja en los aledaños de este negocio. Las salas de conciertos, la gente que graba discos, que diseña portadas, que fabrica los discos... Hay mucha gente currando en esto. La mítica disculpa de “no, es que está ahí”. También pasas por una frutería y está la manzana, o el concesionario está lleno de coches. Y están ahí, pero no les coges. Es una cuestión de falta de respeto y de educación

¿Crees que debido a las nuevos hábitos de escuchar música, donde las canciones son solamente espacio en un disco y se escuchan sueltas, amontonándolas, se puede llegar a perder en un futuro el concepto del disco tradicional?

Espero que no. Siempre hay gente que lo escucha a toda leche y hay gente que disfruta. Yo creo que siempre habrá gente a la que le guste el disco como obra.

Supongo que al propio músico la daría rabia que se perdiera eso. Lo bonito es poder sacar un disco y presentarlo como algo único.

Claro, normalmente las canciones tienen relación entre sí. Un disco es un retrato de una momento de tu vida, “así era yo en octubre de 2010”, por ejemplo. Luego están inventos modernos, como el streaming, que para el músico es una mierda pinchada en un palo. Hace poco leí un estudio sobre cuánto streaming tenía que escuchar la gente para que un artista o compositor pudiera vivir un año con el salario mínimo, como con cualquier otro oficio. Y ni aunque todos los chinos escucharan todos los días todas tus canciones te daba ni de lejos para vivir. Realmente, un millón de reproducciones de Spotify para el artista son cinco euros, lo cual es una mierda. Además, la gente paga los nueve euros de Spotify, escucha lo que quiere, se aburre de ello y va a lo siguiente. Y que no me digan que eso hace que la gente si le interesa se compra el disco, todo eso son idioteces, igual que cuando se dice: “es que los músicos tienen que vender menos discos y tocar más”. Ya, pero, ¿dónde y para quién? Si nosotros encantados si en este país hubiera una cultura de la música como puede haberla en Estados Unidos, que puedes tocar seis días a la semana pero, aquí, ¿cómo vas a hacer eso?

¿Qué opinas sobre lo que está haciendo Miguel Ríos? ¿Crees que hay una edad a la que hay que retirarse de los escenarios?

Yo al menos no me lo imagino, salvo que de repente me quede manco. Aunque tuviera un cáncer de garganta, podría seguir tocando. La música a mí me gusta sacarla. He estado dándole vueltas al tema de Ríos y no creo que al tío ya no le guste cantar, no puedo creérmelo. De todas formas, este país es muy dado a una grandísima estupidez que son las giras de aniversario. ¿Tú has visto alguna vez a un fontanero poner su tubería de 20º aniversario? Pues no tío, la música que sea una profesión tan normal como cualquier otra. Todo eso de las giras de aniversario la peña se lo inventa en un momento en el que no tiene nada que ofrecer, a mí que no me vengan con cuentos. No tío, te lo curras. Tu curro es hacer discos.

Hendrik Röver presentando "No temáis por mí" en La Boite, Madrid.
Cuando creaste a Hank, hace ya más de diez años, te molestate incluso en crear una identidad ficticia. ¿Era porque iba con el estilo que hacías?

Eso fue porque en el fondo el público rockero, y esto lo digo con cariño, siempre ha sido un poco garrulo. Yo sabía que muchos fans de Los Deltonos no iban a entender nada. Y para no llevar a la gente a engaño decidí crear la identidad paralela, yo que sé, para que no fueran. A la gente a la que le gustaba Albert Collins no veía yo que le fueran a gustar The Posies o Teenage Fanclub. Entonces intenté separarlo pero no funcionó muy bien. Yo quería tocar La canción del seis y la gente decía “¡toca Un hombre enfermo!”. Yo estoy muy orgulloso de los dos discos pero tengo un recuerdo agridulce de esa época porque creo que podía haber funcionado mejor.

¿Ahora ya te sientes cómodo con un proyecto en solitario a tu nombre?

Si, porque ahora esto lo he afrontado de otra forma. El empezar a hacer el primer disco en solitario fue casi un accidente. Me encontré con un grupo de canciones que no valían para Los Deltonos porque eran canciones de tocar yo solo con la acústica y no iba a decir “ahora os vais que voy a tocar una yo solo” o “ahora esta canción es sin batería, y tú deja el bajo y toca la mandolina”, pues no, no me parecía justo obligar a mis compañeros a eso. Decidí separarlo y desde el principio creo que expresé bien claro lo que era. Esta vez no hubo ningún lío, la gente que va ahora a los conciertos no me pide Un hombre enfermo o A comer, a casa, realmente sabe a lo que va. También he captado público nuevo, gente a la que le gustan los cantautores country-folk que a Los Deltonos igual no hubieran ido en la vida. La verdad es que estoy muy contento de la proyección que está teniendo y de como está respondiendo la gente.

Sacar adelante Guitar Town, tu discográfica y estudio de grabación, ¿era una necesidad ante tus experiencias con otras compañías o una simple apuesta personal?

Realmente, a lo largo de todos estos año he estado en compañías grandes, medianas y pequeñas y solo desde que estoy en la más absoluta independencia, desde Sixpack, las cosas funcionan más o menos como yo me las había imaginado. Y, sobre todo, no te puedes imaginar lo que ganas en calidad de vida no teniendo todas las discusiones bizantinas que se tienen cuando estás en una compañía. Llámalo juanpalomismo, pero acabas antes haciéndolo todo tú y luego ya intentando mover un producto concreto y acabado. Igual es que yo también soy muy particular o que no me explico bien pero yo he tenido muchos malentendidos en las compañías. Meses de curro evaporados en una decisión incorrecta de despacho de tres segundos. Llega un momento en el que dices, “tío, paso”.

¿Vas a muchos conciertos? ¿Te ha llamado algo la atención últimamente, en cuanto a grupos españoles?

Hombre, voy a lo que hay cerca de mi casa, en Santander y tal. Yo lo que veo es que hay muchos grupos que me gustan musicalmente, pero luego cantan en inglés. Al final los grupos que más me gustan siguen siendo los de mis amigos. Me encanta el último disco de Los Marañones, me parece un disco buenísimo. Me gusta el último de Soul Gestapo (a ellos les perdono que canten en inglés incluso). Y, no sé, me gustan los ChickTones. Pero al final son los grupos así de mi órbita o mis amigos de toda la vida, que igual por eso lo son, porque hemos encontrado una afinidad. Igual el problema que tengo es que entiendo y hablo bien inglés y entonces me doy cuenta cuándo me están contando una milonga. Estoy acostumbrado a escuchar la letra y a ir metiéndome en la historia.

¿Crees que puede haber una relación entre que la mayor parte de los españoles hayamos crecido escuchando canciones que no entendemos y la pobre cultura musical?

Puede ser que la culpa de toda esté en el bajo nivel de inglés que hay en este país, pero también tiene que haber un interés personal por entender las letras. Hay gente que dice “si es que a mi las letras me dan igual”, entonces perfecto, pero a mi no. Yo siempre lo digo desde el punto de vista de que a mi no me dan igual.

Según tu agenda en MySpace tienes conciertos hasta marzo en solitario. ¿Tienes ya planes definidos a continuación?

Bueno, de todas formas todo eso es un movimiento contínuo. Yo estoy de gira, la semana que viene grabo a un grupo en el estudio, la siguiente me vuelvo a ir y luego pienso alguna de Los Deltonos. Me gustaría sacar algo de Los Deltonos en primavera, pero todavía es demasiado pronto para hablar de nada en concreto. Además, creo que sería el momento de sacarlo, cada dos años me parece un buen timing para tampoco saturar mucho.

Texto de Bruno Corrales

3 comentarios :

Troy McClure dijo...

Buenísima la entrevista. Hendrik en su linea: no se casa con nadie.

DrGuti dijo...

Muy buena, felicidades.

Marinero en Marte dijo...

Buen entrevista. Completa en las cuestiones y con buenas respuestas mojándose.
Enhorabuena