Iñigo Coppel en Fnac Callao (28.09.10)
Tras facetas le definen, o tres caras son las que muestra. Las canciones íntimas, acústicas, como Esto es lo que parece, tema con el que daría inicio al concierto; también el blues, un estilo que le queda como anillo al dedo, por voz, temática y destreza a la guitarra; y el rock and roll más clásico y salvaje. Como la canción con la que continuaría, la que abre su nuevo disco, Madrid para cuerdos y bienhechores, toda una declaración de intenciones llena de rabia y decisión. En ese momento, sólo con el segundo tema, ya comenzó a ser demasiado extraño aquello de tener que estar sentados. Por desgracia así tenía que ser y con esa extraña sensación continuó el concierto, precisamente con otro potente tema de este nuevo disco, Nostradamus no me jodas. Tiene Coppel un sentido del humor muy especial que muestra sin tapujos en sus letras. Un sentido del humor que, por otro lado, suele escasear en el rock español, y que no hace más que sumar a su personalidad, diferenciándole del resto.
Declarando la intención de tocar todas las canciones del nuevo disco, Coppel quiso también rescatar dos canciones de su primer álbum (que luego serían más). La visceral Nada fue la primera de ellas para luego volver con El tiempo lo cura todo, una canción que sirvió de celebración por la salida de un disco que, según el propio Coppel “ha costado mucho sacar adelante”. Ante las sufridas letras de esta canción, con ruptura y dolor de por medio, una mujer del público quiso aconsejarle a Coppel que esa chica no le convenía. Y el caso es que el siguiente tema era el blues Mi perdición, que introdujo avisando de que la que venía era aún peor. Anécdotas aparte, este blues es sin duda una de las joyas de El hombre que mató a Iñigo Coppel. Para él, todos los miembros de la banda abandonaban sus instrumentos para hacer coros al unísono, convirtiéndose de forma casi teatral en el grupo de amigos consejeros del protagonista de la canción. Justo a continuación vino uno de los temas estrella de Coppel en sus directos, el Blues hablado sobre el mayor fan de Bob Dylan del mundo. Él sólo con con guitarra y armónica con un original tema lleno de sarcasmo.
Momentos más íntimos llegarían con Tal y como ella cree o Canción para Woody Allen, interpretando por medio otro buen blues, Anoche hablé con Jesús. El concierto llegaba a su fin y atacaba con En silencio, canción que abría su primer disco en solitario, para después retomar su nuevo álbum e interpretar Fuera de mí, un rock sencillo que precedía al gran final, con Lidia (no te cases con él), que terminó con un solo de guitarra de Iñigo Coppel subido a unas sillas de la primera fila.
Pero no, no era el final, pues mientras Coppel cantaba de nuevo a modo de despedida un fragmento de El tiempo lo cura todo, pensó y nos dijo que, para una vez que estaban en el Fnac, querían tocar más. Y así fue. Primero él solo cantó la última canción que le faltaba de su último disco, la melancólica pero también sarcástica Elvis, para después llamar a la banda y rematar la función con Perdiendo el norte, quizá uno de los temas más potentes que ha compuesto.
La gira de presentación de El hombre que mató a Iñigo Coppel no ha hecho más que comenzar. Próximamente recorrerá el resto de tiendas Fnac madrileñas, presentando su nuevo disco de forma gratuita. Concretamente, el 8 de octubre estará en en Parquesur, el 16 de octubre en La Gavia y el 6 de noviembre en Plaza Norte. Además, tiene ya confirmadas nuevas fechas en Bilbao, Pamplona, Madrid y Oviedo. Más información en sus páginas en MySpace o Musikaze.
Texto y fotografía de Bruno Corrales
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