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Un público diferente

Wild Honey en juguetería Glück (09.01.10)

Realmente peligroso. No era punk ni death metal, era folk. El público, totalmente entregado, puso en serios problemas durante varios momentos el concierto. Los allí presentes dudábamos de que todo aquello fuera a terminar bien. Una actitud del todo anárquica y unos músicos acosados, pero cumpliendo con su labor acertadamente. Eran las seis de la tarde pasadas del sábado 9 de enero. Nos encontramos en plena Malasaña, a escasos metros de lugares tan míticos como La Vía Láctea o el Garaje Sónico. El concierto, gratuito, tendría lugar en una pequeña juguetería de la zona en un horario apto a todas las edades, por lo que a pocos minutos del inicio del concierto, la tienda está tomada por niños, algunos pequeños y otros más pequeños todavía. Los hay que se lo toman con paciencia y educación y no se mueven del sitio durante todo el concierto, con una admirable atención. Otros no paran de moverse, no les basta con su condición de público y quieren unirse a la banda, aceptando cualquier tipo de instrumento para empezar. Empezando desde abajo, nunca mejor dicho. Pero también hay caras de pánico y alguna que otra galleta, de las que se comen, pues por algo es la hora de la merienda.

Entre tanto, Guillermo Farré se disponía, acústica en mano y con la compañía de Cristina Gómez, a desgranar los temas de Epic Handshakes And A Bear Hug, primera referencia de Wild Honey. Es necesario destacar el cariño y el mimo que Guillermo Farré le pone a todo lo que hace. Desde la edición del primer álbum de Wild Honey, con una presentación impresionante, a sus directos, sencillos pero con detalles de agradecer. Detalles como aquello de hacer un concierto en una juguetería, original como poco. Pero no se fíen, que las sorpresas no habían terminado. Apenas avanzado el concierto, y para calmar los ánimos, quizás, Cristina Gómez abandonaba el metalófono y se decidía por una sierra con la que lograba un sonido del todo estrambótico. Ondulaciones siniestras, lo que nos faltaba. Algunos instrumentos de juguete después y tras bonitas temas como 1918-1920 o The Big Parade, una intervención del público resumía la tarde:

- Esta canción se llama Isabella, ¿alguien conoce a alguna Isabella? - pregunta Guillermo a su joven auditorio.
- Mi profesora se llama Isabel - dice, decididamente, una niña.
- Pues yo tengo una que se llama Sara - añade otra.

Y hasta aquí puedo leer.

Texto y fotografía de Bruno Corrales

1 comentarios :

Anónimo dijo...

jajajaja, me ha encantado brun!!
:) jo, viva los niños!

(wtf estoy mutando)

Saryn