Quique González en La Riviera (19.12.09)
La banda, tremendamente solida, manejó los tiempos a la perfección durante más de dos horas de concierto, intercalando los temas lentos e íntimos tan característicos de Quique González con buen rock and roll. El cantante salió realmente animado, con ganas evidentes de agradar a un gran número de personas que hace unos años no imaginaba que pudiera atraer. Precisamente, en un ejercicio de humildad y agradecimiento, recordó sus conciertos en salas como El Rincón del Arte Nuevo. Abundaron lógicamente en el concierto las canciones de Daiquiri Blues, destacando Cuando estés en vena, con el público entregado y la letra bien aprendida, el single La luna debajo del brazo o la emocionante Su día libre, esta ya en la última parte de la noche. No tardaron en aparecer los temas ya clásicos del cancionero del madrileño como Pájaros mojados, Bajo la lluvia, o las versiones endurecidas de Kamikazes enamorados, Suave es la noche o Te lo dije. Sorprendentemente, destacó la elección de varios temas del álbum La noche americana por encima de otros discos, pues quizás eran los que mejor se adaptaban al formato elegido en directo. Desfilaron canciones como Me agarraste, Vidas cruzadas, Hotel Los Ángeles o El Campeón, tema éste último con el que aprovechó para felicitar al reciente campeón del mundo, el Barcelona, ganándose un abucheo generalizado.
Uno de los grandes momentos de la noche llegó cuando Quique González presentó a César Pop, músico asturiano y amigo, con una emergente carrera en solitario, perteneciente a bandas como Pereza y anteriormente en Le Punk o Babylon Chàt. Los dos interpretaron el emocionante tema que José Ignacio Lapido, uno de los mejores músicos y escritores de canciones de nuestro país, cedió al cantautor madrileño para su nuevo álbum, Algo me aleja de ti. El público, respetuoso ante tal grado de emoción, guardaba silencio hasta arrancar en aplausos de admiración. algo que ocurrió incluso tres veces durante el tema. El aspecto íntimo de la canción ganó enteros gracias a la sencillez que le otorgaron la fabulosa voz de Quique González y el teclado de César Pop, sin más acompañamiento.
Miss camiseta mojada marcaría el final de un concierto con dos bises que dejó satisfechos a todos. Bien es cierto que Quique González es un músico versátil e inconformista, que cambia constantemente el carácter de sus presentaciones en cada gira, dependiendo de sus sensaciones y la personalidad de cada disco. Esta vez vimos un gran concierto de rock, perfectamente conjugado con la sensibilidad del cantautor madrileño, reflejada en los temas de su último disco, de recomendable escucha.
Texto y fotografía de Bruno Corrales
1 comentarios :
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